Queridos lectores,
Había una vez un mendigo que siempre recibía cada día un euro de un hombre amable. De repente, un día, ese hombre le empezó a dar sólo cincuenta céntimos. Así que, después de algunos días, el mendigo pregunta al hombre “¡antes siempre me dabas un euro y ahora sólo me das la mitad!” El hombre responde: “lo siento, pero es que mi hijo ahora está estudiando y necesita más dinero.” Al cual el mendigo responde murmurando “¡qué descaro, ahora paga los estudios de su hijo con mi dinero!”
¡Así de diferente se pueden interpretar los mismo hechos! ¡Según la posición que cada uno tiene, consiguen una perspectiva completamente diferente! Pero, ¿quién tiene al final la razón?
Especialmente en momentos difíciles, tratando el uno con el otro, es importante que nos preguntamos, ¿Quién tiene razón? O también, ¿por qué creo realmente que yo estoy en lo cierto? Una pista valiosa, que también hemos oído muchas veces en los Servicios Divinos, es preguntarse sinceramente, ¿cómo lo interpretaría Jesús, o cómo actuaría él en una situación parecida? Y garantizo, ¡haciéndonos esta pregunta siempre conseguiremos la respuesta correcta¡ ¡Por favor, queremos intentarlo!
Un saludo,
Wolfram Laube