El domingo, 8 de mayo de 2016, tuvimos de nuevo una adopción en nuestra comunidad. En realidad hubieran sido dos invitados de idioma español con el deseo de ser adoptado. Pero lamentablemente uno de ellos tuvo que trabajar este día. Pero aún así nos alegramos, porque entonces tendremos otra adopción pronto.
Nuestro Evangelista de Distrito Luján sirvió con una palabra de Juan 14, versículo 16: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”. Señaló que la promesa de Jesús, contenida en la palabra de la Biblia, se cumplió en Pentecostés. Posteriormente el Evangelio habla varias veces del Espíritu Santo y como acompañaba y ayudaba a los primeros cristianos. Dijo también que, a pesar de las amenazas, los apóstoles podían encontrar la fuerza de predicar el Evangelio, siempre animado por el Espíritu Santo. Nosotros también podríamos tener el temor de ser excluidos socialmente a causa de nuestra fe. ¡No queremos darnos vencidos por este miedo sino, al contrario, queremos esforzarnos en preparar el camino para la actuación del Espíritu Santo en cualquier situación!
El Evangelista de Distrito también habló de dos fuerzas que actúan y luchan continuamente en nosotros: el Espíritu Santo y el espíritu de abajo, o también muchas veces el “espíritu terrenal”. ¿Quién iba a vencer, sobrevivir más tiempo? Aquel que damos alimento y más espacio en nuestros almas.
En referencia a estas palabras nuestro Dirigente de la Comunidad Laube habló en su contribución del “espíritu del tiempo”, muchas veces formado por los deseos y los intereses personales de ciertas personas. El Espíritu Santo, sin embargo, fue dada por Dios, es decir, el único interés que tiene es acercarnos más a Dios. ¡Qué diferencia! En él podemos confiar. Aquel que decide cual de los espíritus nos afectará más, así dijo nuestro Dirigente de la Comunidad, está sentado en el banco. ¡Nosotros somos aquellos que deciden!
Por último el invitado fue adoptado y otro bonito y conmovedor Servicio Divino llegó a su fin.