Queridos lectores,
El propósito de un faro es de brillar y mostrar a los barcos el camino seguro y también para en la orientación de un navegante. ¡Debe brillar! Si no lo hace, es inútil. Es más, no sólo es inútil, ¡encima es peligroso! Porque un faro normalmente está en zonas de poca profundidad. Si entonces no brilla, este sitio y el faro en sí será un peligro en la navegación.
A menudo se nos dice que los cristianos hemos de brillar. ¿Cómo debemos brillar? La respuesta: Así como el fundador del cristianismo, Jesús, nos enseño, como él vivió, como él actuó. Si no transmitimos esta luz, estando de pie en una profundidad espiritual muy baja, entonces somos incluso peligrosos.
¿De qué forma brillaba el fundador del cristianismo? Aquí una corta y no exhaustiva lista:
– Regalar benevolencia al prójimo enfrente en vez de trabajar contra él.
– Irradiar tolerancia en lugar de estar en contra de todo aquello que no nos gusta.
– Practicar el perdón en lugar de sacar a luz una y otra vez viejos defectos y errores.
– Acercarse y interesarse por el prójimo en lugar de buscar sólo las propias ventajas.
– Enseñar empatía en lugar de imprudencia.
¿Qué tipo de faro eres? ¿Sin luz? ¿O con luz?
Un saludo,
Wolfram Laube