El domingo 4 de septiembre de 2016 se llevó a cabo de nuevo un Servicio Divino de música que ya había sido anunciado de antemano por los periódicos, como por ejemplo en el CBN: la noticia
Nuestro Dirigente de la Comunidad sirvió con una palabra de Deuteronomio, capítulo 6, versos 6 y 7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” A base de esta palabra dijo que no es suficiente escuchar, aprender y saber de la voluntad de Dios. Mucho más importante es que uno interioriza la voluntad divina y que lo convierte en la medida de sus pensamientos y acciones. El “corazón”, dijo, representa en el Antiguo Testamento el centro de la voluntad del hombre. El Dirigente de la Comunidad habló de su infancia y de cuando uno de sus primos vino con sus padres a hacer una visita. Cuando llegó sólo hablaba de su nueva novia. No podía dejar de informar y contarles sobre ella. Incluso demasiado. Casi fue imposible aguantar tanto tiempo el mismo tema. Pero, así es si uno tiene algo anclado no sólo en la mente, sino en un lugar mucho más profundo, en el corazón, en el centro de la voluntad.
También habló de una pila de documentos en su casa, una que lleva ahora años queriendo quitárselo encima, pero simplemente no encontraba el tiempo. Entonces el Dirigente de la Comunidad preguntó a la comunidad: “¿Dónde se encuentra tu fe? – ¿En alguna pila sin importancia, con la intención de preocuparse de ella “algún día”? ¿O incluso llega a ser como una especie de “Acta Secreta” de la cual nadie sabe nada? ”
Nuestra fe, los mandamientos, podemos enseñarlo todo sin miedo. ¡No tenemos que tener ninguna vergüenza por ello!
Muy bonito fue también la presencia del Diácono Pérez que el Anciano había enviado desde Valencia. Él sirvió también desde su corazón contando de un amigo que había tenido de pequeño. El amigo se llamaba “Marco” y con él siempre quería estar junto, en la iglesia o dónde sea. Nuestro Evangelista concluyó que todos debemos ser un “Marco” para llegar a escuchar, junto con los demás, la palabra de Dios y para llegar a sentir la actuación del Evangelio…
El Servicio Divino fue embellecido por el coro mixto y duetos y solos en varios idiomas. El Diácono Benny Emmerich de Alemania, conocido en su país como un talento joven en el órgano y el piano, colaboró también con mucho gusto, adornando así la prédica de una forma muy especial. La nave de abajo estaba casi llena debido a las vacaciones y también los invitados.