El domingo, 18 de septiembre de 2016, celebrábamos de nuevo el Día de Acción de Gracias de este año. Nuestro Evangelista sirvió con una palabra de Job 28, versículo 24: “Porque Él mira hasta los confines de la tierra, y ve debajo de todo el cielo.”
El Servicio Divino empezó con el canto del coro “Toda vida nace de ti”. Nuestro Dirigente de la Comunidad hizo referencia hablando sobre la relación entre hijos y sus padres. Los niños pequeños admiran a sus padres porque saben que ellos pueden hacer cosas que ellos aún no son capaces de hacer. Pero con el paso del tiempo y con más edad los niños se dan cuenta de que ellos también son capaces de dominar su vida solos. Frente a nuestro Padre Celestial todavía somos niños muy pequeños. ¡Lo que Él puede, nunca podremos! El Antiguo y el Nuevo Testamento da testimonio de que Dios únicamente es el creador del cielo y de la tierra.
Dios creó todo y con una precisión que aún hoy sigue funcionando hoy en día. Aún hay siembra y cosecha y en el presente podemos todavía tomar de la tierra todo lo que necesitamos para nuestra vida natural. La palabra de texto demuestra cómo Dios cuida y se preocupa de todo y como Él cumple su promesa: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la siembra y la cosecha.” Dios también sigue siendo un “creador” hoy en día ya que Él crea cada una de las almas que acaban de nacer en este mundo. Pero eso tampoco será su último acto de creación: aún esperamos al nuevo cielo y a la nueva tierra que también será creado por nuestro Padre Celestial.
El Pr. Keller también estuvo presente y contribuyó. Contó a la comunidad sobre una ceremonia de graduación reciente, a la cual podía participar en Suiza. También presente un representante prominente de la economía. Le sorprendió entonces que ese experto se dirigió a los jóvenes diplomáticos con las palabras: “Nunca olvidéis la ley de siembra y cosecha”. Pero al final esa ley se aplica a todos, también a nosotros. Queremos cosechar algún día cuando lleguemos a la meta de nuestra fe. Por lo tanto hay que asegurarse ahora de que sembramos según el Evangelio.
La prédica fue adornado musicalmente por el coro de la comunidad, asimismo como por varios solos tocado por una trompeta y una flauta travesera.
Fue un Servicio Divino muy hermoso y alegre al cual acudieron unos 103 participantes, entre ellos 21 amigos e invitados.
Una vez acabado, casi todos se quedaron para celebrar el Festival de la Comunidad de este año. Muchos de los miembros habían traído ensaladas, albóndigas y una gran cantidad de pasteles; como siempre sobraba.